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miércoles, 30 de diciembre de 2009

DIBUJO INFANTIL I

EL GARABATO (2-4 AÑOS)
Los primeros años de vida son cruciales en el desarrollo del niño ya que aquí comienzan a establecerse las pautas de aprendizaje, actitudes…
El arte puede contribuir a este desarrollo. Aunque se suele considerar que el arte comienza cuando el niño hace la primera raya en un papel, en realidad empieza mucho antes en el momento en que los sentidos tienen su primer contacto con el medio y el niño comienza a reaccionar antes experiencias sensoriales.
Los primeros trazos de los niños toman por lo general forma de garabato hacia los 18 meses, el primer trazo tiene una gran importancia para su desarrollo.


Clasificación de los Garabatos
*Garabateo desordenado
Estos primeros trazos no tienen ningún sentido por lo que resulta inconcebible que el niño en esta etapa llegue a trazar un dibujo de algo real.
Es importante interesarse por lo que el niño está haciendo, pues él debe sentir que este camino de comunicación es aceptado por los adultos.


*Garabateo controlado
En este momento el niño comienza a descubrir que hay una vinculación entre sus movimientos y los trazos que realiza en el papel (unos 6 meses después de empezar a garabatear)
Los trazos son el doble de largo y comienza a usar colores, son mucho más elaborados y en ocasiones descubre relación entre lo que ha dibujado y el ambiente.

El papel de los padres y maestros es ahora más importante, ya que, a menudo el niño acudirá a ellos con sus garabatos, deseoso por hacerlo partícipe de su entusiasmo, en este caso lo importante es la participación y no el dibujo en sí.

*El garabato con nombre
En este momento el niño comienza a dar nombre a sus garabatos, puede ser que diga “ésta es mamá”, o “éste soy yo”, aunque en el dibujo no se pueda reconocer ni a la madre ni a él. Esta actitud de dar nombre a los garabatos es muy significativa, pues es indicio de que el pensamiento del niño ha cambiado. Esta etapa tiene lugar alrededor de los tres años y medio.

Puede ser realmente dañino que los padres o los maestros impulsen al niño a que dé nombre o encuentre explicación a lo dibujado. Por el contrario, padres y maestros deben tratar de incentivar confianza y entusiasmo en este nuevo modo de pensar

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